La frase “Taylor Swift IA” fue tendencia en varias regiones del mundo, además de que uno de los posts con el contenido ilegal alcanzó hasta 45 millones de visualizaciones
El miércoles de esta semana se viralizaron en Twitter (ahora X ) imágenes explícitas de Taylor Swift, Deep Fakes creados con inteligencia artificial (IA)
El incidente reflejó el peligro que estas tecnologías pueden representar en sociedad y la difícil tarea que es supervisar y erradicar su difusión en redes sociales. Asimismo, es posible notar cómo también otras celebridades de internet, como Yeri Mua han padecido las repercusiones de esta tecnología.
Según The Verge, una de las publicaciones que contenía las fotos falsas de la cantante estadunidense llegó a ser visualizada más de 45 millones de veces, además de contar con 24 mil republicaciones.
Tras lograr este alcance, la cuenta en cuestión fue eliminada por violar los términos de uso de la plataforma de Elon Musk. Sin embargo, su publicación duró 17 horas en X.
Desde entonces, las imágenes han sido republicadas en otras cuentas en la plataforma, y pese a los intentos de los fans de la cantante por impedir su difusión, en algunos casos siguen apareciendo en los resultados de búsqueda.
Por otro lado, el término “Taylor Swift IA” se hizo tendencia en algunas regiones del mundo, lo cual propició que las imágenes llegaran a más audiencias.
Las reglas de uso de X prohiben la difusión de estos materiales, sin embargo, hasta el momento la compañía no ha hecho declaraciones oficiales, pese a recibir críticas de diversos usuarios por permitir el incidente.
¿Qué son los Deep Fakes?
Los Deep Fakes son productos de la aplicación de técnicas avanzadas de inteligencia artificial para la manipulación de contenido audiovisual. Estos algoritmos utilizan modelos generativos, como las redes neuronales, para sintetizar videos que aparentan ser auténticos pero que en realidad representan situaciones ficticias.
Mediante la amalgama de rostros y voces obtenidas de individuos reales, se logra la creación de material visual convincente que puede inducir a la confusión o malentendidos.
Esta tecnología ha generado inquietudes significativas en cuanto a su uso malicioso. La capacidad para generar contenido visual engañoso plantea riesgos en términos de desinformación y manipulación mediática, ya que los Deep Fakes pueden ser utilizados para difamar a individuos, distorsionar discursos o fabricar eventos que nunca ocurrieron.
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