Estaría imposibilitada de enviar datos científicos o de sus propios sistemas
La histórica sonda espacial Voyager 1, lanzada en 1977 por la NASA, se encuentra en un dilema tecnológico que ha capturado la atención de la comunidad científica.
A 46 años de sus primeras operaciones, la nave sigue siendo una pionera en la exploración espacial, pero ahora enfrenta dificultades para transmitir datos científicos y de sistemas de vuelta a la Tierra.
¿Por qué trasmite incoherencias?
Según informes de la NASA, la Voyager 1 está experimentando problemas con su sistema de datos de vuelo (FDS), encargado de recopilar información de ingeniería y datos científicos. Aunque la sonda puede recibir comandos, el FDS no se comunica correctamente con la unidad de telecomunicaciones (TMU), generando preocupaciones en el equipo de ingenieros.
El FDS, cuando funciona adecuadamente, compila la información de la nave en un paquete de datos que se transmite de vuelta a la Tierra mediante el TMU. Sin embargo, en este caso, el paquete de datos se encuentra “atascado”, transmitiendo repetidamente una secuencia de unos y ceros. El equipo de la Voyager ha identificado el problema, pero la solución podría llevar semanas.
Dado que la Voyager 1 se encuentra a más de 15 mil millones de millas de distancia de la Tierra, las transmisiones de datos y las respuestas tardan al menos un día en llegar. Esta distancia extrema plantea desafíos logísticos, ya que cualquier intento de corrección de problemas requiere paciencia por parte de los ingenieros de la NASA.
La nave espacial, junto con su compañera Voyager 2, se ha mantenido operativa durante más tiempo que cualquier otra en la historia. Ambas se encuentran en el espacio interestelar, marcando un hito impresionante en la exploración del cosmos. Sin embargo, los desafíos tecnológicos actuales demuestran la complejidad de mantener misiones espaciales a largo plazo, especialmente cuando se utilizan tecnologías desarrolladas hace décadas.
Esta no es la primera vez que la Voyager 1 enfrenta problemas. En 2022, se observaron dificultades con su sistema de articulación y control de actitud (AACS), y en octubre de 2023, se implementó un parche de software para resolver problemas y prevenir acumulación de residuos en sus propulsores. La situación actual destaca la habilidad de los ingenieros de la NASA para superar desafíos con soluciones creativas, aunque en esta ocasión, el equipo enfrenta la incertidumbre sobre el tiempo que tomará resolver la comunicación atascada del FDS de la Voyager 1.
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