Imágenes generadas con inteligencia artificial: ¿beneficio o riesgo?Inteligencia Artificial

Imágenes generadas con inteligencia artificial: ¿beneficio o riesgo?

Descubre cómo la IA puede crear contenido realista y las consecuencias que esto implica

Anneth Marín

La inteligencia artificial (IA) permite a las máquinas aprender de los datos y realizar tareas que normalmente requieren de la inteligencia humana. Una de las aplicaciones más sorprendentes de la IA es la generación de imágenes, que consiste en crear contenido visual nuevo y realista a partir de algoritmos que se entrenan con una gran cantidad de datos.

Las imágenes generadas con IA tienen múltiples usos en diferentes ámbitos, como el entretenimiento, el arte, la educación, la medicina, la seguridad, entre otros. Por ejemplo, se pueden crear personajes, paisajes, objetos, animales o escenas que no existen en la realidad, o que son difíciles de capturar con una cámara. También se pueden modificar o mejorar imágenes existentes, como cambiar el color, el estilo, la iluminación, el fondo o el ángulo de una foto.

Sin embargo, esta capacidad de crear prácticamente todo tipo de contenido imaginable también conlleva riesgos y desafíos, tanto éticos como ambientales. Algunos de estos riesgos son la difusión de información falsa o confusa, la vulneración de los derechos de autor, la contaminación ambiental y el impacto psicológico y social que pueden tener estas imágenes en las personas.

Riesgos ambientales de la Inteligencia Artificial

Uno de los riesgos más evidentes es el de las llamadas “deepfakes”, que son imágenes o videos que muestran a personas reales haciendo o diciendo cosas que nunca hicieron o dijeron. Estas imágenes pueden ser usadas para manipular la opinión pública, extorsionar, difamar, acosar o generar violencia. Por ejemplo, se han creado deepfakes de políticos, celebridades, periodistas o activistas, con fines de propaganda, sátira, pornografía o chantaje.

Otro riesgo es el de la contaminación ambiental que genera el uso de la IA para crear imágenes. Según un estudio de la Universidad de Massachusetts, entrenar un modelo de IA para generar imágenes puede consumir hasta 284 toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a las emisiones de cinco automóviles durante toda su vida útil. Además, el almacenamiento y la transmisión de estas imágenes también requieren de una gran cantidad de energía y recursos.

Por estas razones, es importante que los usuarios y los desarrolladores de imágenes generadas con IA sean conscientes de los beneficios y los riesgos que implican, y que se adopten medidas para garantizar un uso ético, responsable y sostenible de esta tecnología. Algunas de estas medidas pueden ser el etiquetado de las imágenes como artificiales, el respeto a los derechos de autor, la verificación de las fuentes, la reducción del consumo energético y la educación digital.

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