2022 no fue un año tan malo para las criptomonedas

El futuro de las criptomonedas se verá más regulado de lo que querían los puristas, pero la regulación no significa necesariamente interferencia en algunos países.

Las monedas digitales comenzaron a hundirse al comienzo del segundo trimestre del 2022 y nunca se recuperaron; Terra se derrumbó en mayo, lo que provocó la quiebra de Celsius, Voyager y Three Arrows Capital; los federales sancionaron Tornado Cash en agosto.

El desastre maestro (por decirlo así) fue el de FTX, intercambio que colapsó en noviembre, lo que provocó la quiebra de BlockFi y señales de advertencia de Genesis y Digital Currency Group . Todo el mundo está mirando criptografía en este momento, pero por razones que los inversionistas no quisieran.

Pero el año no fue del todo malo. La industria vio destellos de progreso positivo que serían más noticia si no hubiese sido en medio del pánico masivo por el presunto fraude de Sam Bankman-Fried.

Ethereum

Después de años de espera y muchos, muchos retrasos, el evento de fusión de Ethereum ocurrió en septiembre y se desarrolló sin problemas, también conocido como The Merge.

Ethereum, la criptomoneda número 2, pasó del mecanismo de minería de proof of work de uso intensivo de energía que utiliza Bitcoin a un mecanismo de prueba de participación que utiliza un 99% menos de electricidad.

Fue una empresa gigantesca que la comunidad de desarrolladores de Ethereum manejó notablemente bien", me dijo en octubre el CEO de ConsenSys, Joe Lubin, cofundador de Ethereum. 

Impulso legislativo

En criptografía, todo el mundo habla de la regulación como un temido hombre del saco: regulación es igual a muerte. Esto es comprensible, ya que todo el atractivo original de las criptomonedas para muchos era eliminar a los intermediarios, descentralizar todo y existir fuera del alcance de la regulación gubernamental.

Con el paso de los años, se ha vuelto muy claro que esta no es una visión realista para la mayoría de los proyectos. El futuro de las criptomonedas se verá más regulado de lo que querían los puristas, pero la regulación no significa necesariamente interferencia.