Estados Unidos y China: dos décadas de espionajeTecnologías

Estados Unidos y China: dos décadas de espionaje

En los últimos años, el gobierno de los EE.UU. también se ha preocupado cada vez más de no permitir que las empresas tecnológicas chinas operen en suelo estadounidense o que las agencias del gobierno norteamericano usen tecnología fabricada en el país asiático.

Las preocupaciones de Washington sobre el auge tecnológico de China, y el espionaje industrial además del robo cibernético que lo acompañan, se remontan a principios de la década de 2000.

Sin embargo, salieron a la luz en 2018, cuando el representante comercial de Estados Unidos emitió un extenso informe que resumía las ofensas percibidas de China contra el gobierno de EUA.

El documento destacó la comprensión de Washington de que la economía china no está impulsada por el mercado, sino totalmente dirigida por el estado. Según el gobierno de los Estados Unidos, la estrategia económica de China se centra en atraer empresas extranjeras, robar su tecnología y nacionalizarla.

Una relación frágil

En opinión de los políticos estadounidenses, este proceso solamente revela unos pocos pasos bien documentados.

Como lo expresó la Oficina del Ejecutivo Nacional de Contrainteligencia de EE. UU., "los actores chinos son los perpetradores de espionaje económico más activos y persistentes del mundo".

Estas prácticas son ampliamente reconocidas, pero forman solo un aspecto de las preocupaciones de Estados Unidos hacia China.

En los últimos años, el gobierno de los EE.UU. también se ha preocupado cada vez más de no permitir que las empresas tecnológicas chinas operen en suelo estadounidense o que las agencias del gobierno norteamericano usen tecnología fabricada en el país asiático.

Un problema de nunca acabar

El peor escenario parece aún más preocupante. Algunos expertos temen que la instalación de equipos de telecomunicaciones fabricados en China en suelo estadounidense pueda permitir que Beijing desconecte las redes telefónicas o de Internet.

La mayoría de los analistas creen que esto no es realmente factible. En cualquier caso, esto suena poco probable: el crecimiento de China se desplomaría si la economía estadounidense colapsara.

El conflicto por la tecnología y el espionaje está lejos de terminar para ambos países, sin embargo una reciente reunión entre el presidente Biden y su homólogo Xi Jinping, deja claro que las relaciones entre las dos potencias todavía no está pérdida.

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